Dicen que el diablo puede tomar muchas formas, pero nadie sospecha cuando sonríe como un niño. Así inicia la escalofriante historia que Nahun Castro compartió en TikTok y que causó impacto entre los hondureños.
El video relata la experiencia paranormal de su amigo Juan, quien a los siete años vivió algo inexplicable en la comunidad de Monterrey, Choloma, Cortés, norte de Honduras.

Juan viajó con su familia a la finca de su tío, un lugar rodeado de enormes árboles de higo. Mientras jugaba, vio a un niño trepado en uno de los árboles y decidió acompañarlo. Pasó toda la tarde jugando con él hasta que su madre lo llamó para ir a casa.
Cuando se despidió, el niño le pidió que lo dejara ir con él. Juan aceptó sin pensarlo, corrió hacia sus padres y creyó que el niño venía detrás. Al llegar con ellos, volteó y ya no había nadie.
De regreso en casa, Juan intentó relajarse viendo caricaturas. Escuchó tres golpes en la puerta y pensó que era su mamá. Tocó de vuelta, pero nadie respondió. Abrió la puerta y no vio a nadie. Regresó al sofá, pero notó que una sombra cruzó la sala. Luego otra pasó en dirección contraria.

Miró a su alrededor y no encontró a nadie. Cuando intentó volver a sentarse, una sombra apareció bajo sus pies y comenzó a levantarse. Juan quedó paralizado. La silueta tomó forma humana y se inclinó hacia él, como si intentara atraparlo.
En un momento de desesperación, gritó por dentro hasta que logró moverse, corrió hacia la casa de su tía y se desmayó.
Juan despertó con nervios
Sus padres lo atendieron durante toda la noche. Juan despertó con ataques de nervios y se negó a dormir solo. Su familia lo llevó al día siguiente con una anciana de la comunidad que ya había ayudado en otros casos similares.
La mujer les dijo que “algo se le pegó al niño” cuando jugó bajo el árbol de higo y que ese ente lo seguiría hasta que realizaran una limpieza espiritual.
La anciana realizó tres limpias: una con un huevo, otra con sal y un baño especial con agua preparada para romper el vínculo. Después de los rituales, Juan logró dormir tranquilo y el miedo desapareció.
La mujer explicó que un ente había pedido permiso para acompañarlo y que él, al decir “sí, vámonos”, le abrió la puerta para entrar en su vida.
Aún recuerda al niño
Años después, Juan aún recuerda la sonrisa del niño bajo el árbol de higo. Asegura que no era un niño, sino algo que intentó llevárselo. Su historia desató cientos de comentarios de hondureños que aseguran haber vivido experiencias similares.
“Mi papá tiene una historia en ese mismo lugar”, “Yo tengo un árbol de higo, mi mami le tiene miedo porque dice que ese árbol va a descansar el diablo”, “Es que aquí en Choloma pasan cosas siempre”, son algunos comentarios.

